viernes, 23 de marzo de 2012

Islas del Lago Titicaca

Islas del Lago Titicaca

Una de las islas más conocidas, es la isla flotante de los Uros. Esta isla está construida de forma artificial sobre totoras. Este material es también usado en la fabricación de toda la artesanía y los botes con los que sus habitantes salen a pescar.
La isla flotante de totora espera a sus visitantes. A 4 km. de Puno. Se puede llegar a ella en lancha a motor, demorándose desde la ciudad de Puno 20 minutos aproximadamente En esta isla aún se conservan las vestimentas y terrazas características del pueblo inca.


La isla de Taquile recoge la mayor cantidad de tures autóctono, ya que sus habitantes organizan y administran personalmente todo lo relacionado al turismo de su isla, acogiendo en sus propias casas a los visitantes, a modo de preservar sus milenarias costumbres. En ella habitan alrededor de 350 familias, las que siguen estrictamente las costumbres incas, en donde los tres preceptos más importantes del imperio continúan vigentes como ley: No robes, no seas holgazán y no mientas. En esta isla se pueden apreciar ruinas incaicas y sus pobladores, personas muy hospitalarias y alegres, organizan paseos y excursiones especiales a los turistas del lugar.
La isla Amanti es otro de los lugares donde se conservan las tradiciones del antiguo imperio. Es una de las islas más bellas del lago, ya que su decoración de plantas trepadoras y vestigios culturales, invitan al visitante a impregnarse con una de las culturas precolombinas más importante de América.. En esta isla se encontrarían los restos arqueológicos de una de las ciudades sagradas del imperio.




Historia del Lago Titicaca

Hace mucho tiempo, el lago Titicaca era un valle fértil poblado de hombres que vivían felices y tranquilos.
Nada les faltaba; la tierra era rica y les procuraba todo lo que necesitaban. Sobre esta tierra no se conocía ni la muerte, ni el odio, ni la ambición. Los Apus, los dioses de las montañas, protegían a los seres humanos.
No les prohibieron más que una sola cosa: nadie debía subir a la cima de las montañas donde ardía el Fuego Sagrado.

Durante largo tiempo, los hombres no pensaron en infringir esta orden de los dioses. Pero el diablo, espíritu maligno condenado a vivir en la oscuridad, no soportaba ver a los hombres vivir tan tranquilamente en el valle.
Él se ingenió para dividir a los hombres sembrando la discordia.
Les pidió probar su coraje yendo a buscar el Fuego Sagrado a la cima de las montañas.

Entonces un buen día, al alba, los hombres comenzaron a escalar la cima de las montañas, pero a medio camino fueron sorprendidos por los Apus.
Éstos comprendieron que los hombres habían desobedecido y decidieron exterminarlos. Miles de pumas salieron de las cavernas y se devoraron a los hombres que suplicaban al diablo por ayuda. Pero éste permanecía insensible a sus súplicas.

Viendo eso, Inti, el dios del Sol, se puso a llorar. Sus lágrimas eran tan abundantes que en cuarenta días inundaron el valle.
Un hombre y una mujer solamente llegaron a salvarse sobre una barca de junco.
Cuando el sol brilló de nuevo, el hombre y la mujer no creían a sus ojos: bajo el cielo azul y puro, estaban en medio de un lago inmenso. En medio de esas aguas flotaban los pumas que estaban ahogados y transformados en estatuas de piedra.

Llamaron entonces al lago Titicaca, el lago de los pumas de piedra.

martes, 20 de marzo de 2012

Lago titicaca

El lago Titicaca es uno de los lugares más hermosos y misteriosos de América. Sus aguas bañan y conservan a una población mayoritariamente indígena, que aún guardan las tradiciones del imperio inca.
En este lugar pasado y presente se conjugan alrededor de uno de los lugares más emblemáticos de la cultura incaica, y sus misterios continúan asombrándonos.
Durante una expedición conformada por buzos de la marina de guerra y expertos en oceanografía peruanos, realizada durante el mes de octubre del año 2002, se encontraron restos de lo que podría ser una ciudad perdida, construida por un pueblo predecesor al incaico, bajo las aguas del lago.